¿Cuál es la diferencia entre gracia y misericordia?
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¿Cuál es la diferencia entre gracia y misericordia?
Introducción
Gracia y misericordia son dos palabras prominentes en todo el Antiguo y Nuevo Testamento.
Ambos son componentes clave de la naturaleza de Dios y, a veces, se usan indistintamente. Sin embargo, la gracia y la misericordia tienen un significado claramente diferente pero provienen de la misma fuente.
Se puede decir que son dos caras de una misma moneda.
La gracia, según el Diccionario KJV , se define como “el amor y el favor gratuito e inmerecido de Dios”.
También la define como “influencia favorable de Dios”. La palabra griega para gracia es charis, que significa "favor". La gracia es un favor o regalo que se da gratuitamente sin ser merecido ni ganado. Mientras que la misericordia es un perdón inmerecido.
Según el diccionario KJV, misericordia es la “benevolencia, apacibilidad o ternura de corazón que dispone a una persona a pasar por alto las injurias o a tratar al ofensor mejor de lo que merece”.
La palabra griega para misericordia es eleos , que significa “compasión” o “lástima”.
Para ayudar a comprender mejor ambos términos, veámoslos a través de escenarios de la vida real.
Por ejemplo, hay una persona que aprovecha todas las oportunidades que se le presentan para enfadarse contigo y hacerte la vida difícil, y un día, esa persona se ve involucrada en un accidente, y resulta que tú llegas al lugar y ayudas a esa persona a llegar al hospital rápidamente con su automóvil y pagar sus facturas médicas para recibir tratamiento.
Eso es gracia.,
Atendiste libremente las necesidades de la persona incluso cuando no merecía tu amabilidad, y no tenías ningún motivo para ayudar excepto tu amor por ella, independientemente de lo que te hubiera hecho.
Este es un favor inmerecido.
Ahora bien, si otra persona se opone a usted hasta el punto de dañar su propiedad y alguien más lo presencia y llama a la policía, pero usted sale bajo fianza y retira los cargos en su contra, eso es misericordia.
Hicieron algo que merecía un castigo, pero pasaste por alto su error y los dejaste libre por amor. Este es un perdón inmerecido.
Ya sea que la persona haya suplicado o no, simplemente impedir que enfrente el debido castigo por lo que le hizo mal es un acto de misericordia de su parte.
Tanto la gracia como la misericordia son atributos de Dios, que Él demostró (y todavía demuestra) en la vida de los humanos.
Miremos de cerca tanto la gracia como la misericordia para comprender completamente sus diferencias.
¿Qué hace la GRACIA?,
Sin gracia, hay muchas cosas que disfrutamos y a las que no hubiéramos podido acercarnos.
La gracia es una de las razones por las que experimentamos muchas bendiciones.
Cada persona en la tierra disfruta de algún nivel de gracia.
La Biblia dice que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios ( Romanos 3:23 ).
El pecado nos separa de Dios porque Él odia el pecado (Habacuc 1:13; Isaías 59:1-2; Jeremías 44:4).
Sin embargo, por mucho que Dios odie el pecado, permite que aquellos que viven en pecado y lo provocan continuamente disfruten de muchos beneficios como el aire que respiramos, el agua, la luz del sol, la lluvia y toda la belleza de la naturaleza ( Mateo 5:45 ).
También les permite disfrutar de buenos dones en este mundo, pues la Biblia dice que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de arriba (Santiago 1:17).
Este tipo de gracia puede denominarse gracia común porque todos somos participantes de esta gracia.
Sin embargo, otro tipo de gracia permite disfrutar de otra dimensión de Dios. Esto se puede ver en las cosas que hace Grace.
La gracia común no es aceptada y apreciada por todos y puede, por tanto, restringir lo que la gracia puede hacer.
Estas son algunas de las cosas que hace la gracia:
gracia salva,
Efesios 2:8
“Porque por gracia sois salvos mediante la fe, y no vosotros mismos: es don de Dios”.
El don de la salvación es resultado de la gracia.
En el versículo cinco del capítulo dos de Efesios, el apóstol Pablo menciona que estábamos muertos en nuestros pecados pero que Dios nos había vivificado en Cristo, salvándonos por su gracia.
No merecíamos ser salvos, pero Dios nos mostró el favor.
No hicimos nada para merecerlo e hicimos posible la salvación gratuitamente por Su gracia.
Nadie puede salvarse si no es por la gracia de Dios.
La gracia justifica,
Romanos 5:15
“Pero no como la ofensa, también lo es el obsequio. Porque si por la transgresión de uno muchos mueren, mucho más la gracia de Dios, y el don de la gracia que por un solo hombre, Jesucristo, abundaba para muchos”.
Romanos 3:24
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”.
Somos justificados por la gracia de Jesucristo.
Jesús murió por un mundo de pecado mientras todavía vivíamos activamente en pecado.
Esta gracia es a lo que Pablo seguía refiriéndose como un “don gratuito” o “don de gracia”.
Fue un regalo que no merecíamos, un regalo que nos justificó después de salvarnos. La gracia es un regalo; disfrutamos de sus muchos beneficios sólo en Cristo.
Es tan enorme que hace mucho más de lo que hizo el pecado, según Romanos 5:15, citado anteriormente.
Por medio de un Hombre, Jesucristo, el don de la gracia ha sido hecho para abundar gratuitamente en muchos, cuantos quisieran estar en Él.
No podemos hacer nada para merecerlo. Todos nuestros trabajos caen solos.
La gracia hace posible la justificación para que disfrutemos de la vida eterna (Tito 3:7; Romanos 5:21).
Grace elige,
Romanos 11:5-6
“Así, pues, también en este tiempo queda un remanente elegido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Pero si es por obras, ya no es gracia…”
Nadie puede ganarse la gracia porque claramente no es una recompensa por el buen trabajo.
La gracia simplemente se da.
A todos los que reciben esta gracia, la gracia los elige y los hace parte del pueblo remanente de Dios.
No todos aceptan este regalo de gracia. Luego no todos pueden disfrutar de la elección de la gracia.
Por la gracia, somos elegidos como generación escogida de Dios, real sacerdocio y nación santa (1 Pedro 2:9).
La gracia fortalece,
1 Corintios 15:10
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia que me fue otorgada no fue en vano; pero trabajé más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios que estaba conmigo”.
Pablo señaló una cosa que le permitió hacer todo lo que hizo en el reino de Dios: la gracia.
La gracia le dio poder para llevar la obra de Dios hasta el punto al que él la llevó.
Es la gracia de Dios la que nos da el poder de hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas.
No puedes lograr esto con tus propias fuerzas. La gracia de Dios es suficiente (2 Corintios 12:9).
Pablo dijo que la gracia que recibió no fue en vano.
Usó la gracia dada, por lo que logró mucho para Dios. La gracia es la fuerza habilitadora que nos impulsa a lograr mucho para Dios en este mundo.
¿Qué hace la MISERICORDIA?,
La misericordia y la gracia van de la mano.
Donde ves la gracia, cerca está la misericordia.
De hecho, la gracia podría verse como producto de la misericordia.
La misericordia de Dios hacia el pueblo de Israel les hizo disfrutar de su gracia salvadora (Oseas 1:7; Salmos 89:28).
La misericordia se muestra incluso cuando quien la recibe merece recibir juicio.
La misericordia surge de la compasión.
Dios tuvo compasión de varias personas en la Biblia, lo que lo llevó a mostrar misericordia.
misericordia perdona,
Jesucristo dio un ejemplo perfecto de misericordia en Mateo 18:23-35 cuando habló sobre el perdón.
El rey perdonó al sirviente (mostró misericordia) pero no correspondió esa misericordia a su prójimo.
El rey tuvo compasión de él y le perdonó la deuda. La justicia le exige que pague su deuda. Sin embargo, la misericordia perdona.
Hay una canción popular de Cece Winans que dice: "Mercy dijo que no".
Muestra la esencia misma de la misericordia de Dios.
Cuando merecemos juicio pero recibimos gracia, es el resultado de la misericordia de Dios. La compasión de Dios le hace extender un brazo de misericordia hacia el ofensor.
La misericordia entrega,
Los hijos de Israel desobedecieron a Dios varias veces.
Cuando sufrían los resultados de su desobediencia y clamaban a Dios, su corazón se ablandó para con ellos y los libró de sus angustias (Salmo 107:6; Números 20:16; Jueces 10:12).
Aunque merecían permanecer en las consecuencias de su desobediencia, Dios les mostró misericordia una y otra vez.
Al igual que los israelitas en la Biblia, hacemos cosas que merecen castigo y enfrentamos todas las consecuencias de nuestras acciones.
Aun así, la misericordia de Dios interviene y somos perdonados y liberados.
La misericordia protege,
Lamentaciones 3:22
“Es por las misericordias de Jehová que no somos consumidos, porque sus misericordias no decaen.”
La misericordia de Dios nos protege del mal.
Es la misericordia la que interviene para impedir lo que el enemigo desea para tu vida porque, honestamente, es posible que hayas hecho una o dos cosas para atraerlo o darle acceso para que te haga daño de una forma u otra.
Sin embargo, la misericordia de Dios no lo permite.
Es posible que nunca sepamos lo que Dios evitó para nosotros y que realmente merecemos en función de nuestros pecados y las veces que desobedecemos Sus instrucciones.
Podríamos haber sido consumidos, pero la misericordia lo impidió y nos protegió.
La misericordia de Dios hace mucho por nosotros, como sanarnos, darnos acceso a bendiciones para las que no calificamos y protegernos del daño.
Sin la misericordia de Dios hacia nosotros, no podemos conocer la gracia y mucho menos disfrutarla.
¿Son similares la GRACIA y la MISERICORDIA?,
La similitud entre gracia y misericordia es que son atributos de Dios.
No hay uno sin el otro.
La Biblia generalmente los menciona uno al lado del otro, no de manera intercambiable.
Se describe a Dios como “clemente y misericordioso, lento para la ira y muy bondadoso” (Nehemías 9:17). También es “grande en misericordia” (Salmo 103:8). Él encarna tanto la misericordia como la gracia.
Tanto la gracia como la misericordia son inmerecidas.
No puedes hacer nada para “merecerlos” o “ganarlos”.
Son puramente de un lugar de benevolencia.
Ésta es su similitud significativa.
Ambas son virtudes del Espíritu de Dios y ambas son inmerecidas.
Además, la gracia y la misericordia son resultado del amor.
La Biblia dice que tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito (Juan 3:16).,
Fue el amor lo que movió a Dios a tener compasión del mundo para que Él nos mostrara misericordia y nos abriera un camino de salvación.
El juicio de Dios por el pecado es la muerte (Romanos 6:23; Mateo 13:49-50). Sin embargo, Su misericordia hizo provisión para un salvador, Jesucristo, en quien tenemos gracia.
La Biblia dice que Dios tiene misericordia de quien quiere y compasión de quien quiere (Romanos 9:15; Éxodo 33:19).
Él eligió mostrar misericordia al mundo entero al enviar a Jesucristo a pagar el precio por nuestros pecados para que podamos ser salvos/liberados de Su juicio.
Como hemos aprendido anteriormente, Su misericordia nos libera y nos permite disfrutar plenamente de los beneficios de la gracia.
Sin misericordia no será posible tener acceso a la gracia.
La gracia del aire, la luz del sol y toda la naturaleza de la que participa el mundo entero generalmente resulta de la misericordia de Dios. El pecado es digno de un juicio instantáneo sobre el mundo, pero la misericordia permite la paciencia.
Por eso se dice que Dios tiene gran misericordia (Salmo 145:8).
Sólo la misericordia impide que Dios borre instantáneamente a toda la humanidad debido a los escandalosos pecados cometidos diariamente.
El apóstol Pablo fue producto de la misericordia de Dios. Había provocado la muerte de varios cristianos, y estaba en camino de hacer más cuando la misericordia de Dios llegó a Él (1 Timoteo 1:15-16).,
El pueblo de Nínive también recibió misericordia, razón por la cual Dios les envió a Jonás (Jonás 4:2).
A la mujer adúltera en Juan 8:3-11 se le mostró misericordia cuando podría haber sido apedreada hasta morir.
¡A cada hijo de Dios nacido de nuevo también se le mostró misericordia! La Biblia dice en Tito 3:5: “No por obras de justicia que nosotros hubiésemos hecho, sino según su misericordia, el lavamiento de la regeneración y la renovación del Espíritu Santo”.
Si Dios no nos hubiera mostrado misericordia, no podríamos disfrutar de la suficiencia de su gracia.
La gracia y la misericordia son atributos de Dios que disfrutamos.
Deberían estar agradecidos porque no podríamos haber hecho nada para merecerlos.
Son diferentes pero similares porque se originan en una sola fuente: Dios.
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